7 CONSEJOS PARA GANARTE LA CONFIANZA DE LOS DEMÁS SIN QUE TE PIERDAN EL RESPETO

Si algo demanda la vida misma es fortaleza de carácter. Cuando tienes un carácter débil te cuesta ganarte el respeto de los demás y pierdes oportunidades irrepetibles de crecer dentro de cualquier empresa, incluso si esa empresa es tu propia familia.

Por miedo a la reacción de los demás, muchas veces dejas pasar por alto fallas que luego tienes que pagar con creces. Callas lo que debiste haber dicho en el momento, sólo por mantener una armonía que no es tal.

Cuando sufres de debilidad de carácter permites situaciones que te perjudican, por temor a ser juzgado de incomprensivo y egoísta. Cedes tu espacio, muchas veces a quien no lo merece ni lo valora, y de tanto retroceder para que otros avancen terminas acorralado contra la pared.

Si no aprendes a establecer límites, para los demás siempre será muy fácil pasar de la confianza al abuso. Si te dejas llevar hasta este punto, se puede decir que perderás el control y tendrás que tomar medidas drásticas para poner punto final, justo lo que más detestas.

La experiencia más difícil que te toca enfrentar cuando eres débil de carácter es tener la responsabilidad de llevar las riendas de alguna situación o dirigir algún grupo, pertenezca éste o no a una organización.

En la publicación anterior LOS 10 CONSEJOS DE RIGOR PARA SER UN BUEN LIDER Y NO FRACASAR EN EL INTENTO, te decía que tan enfermo está quien se subestima a sí mismo como quien subestima a los demás. En este sentido, si bien al ego tienes que trabajarlo para que no se te suban los humos tan fácilmente, y puedas hacer uso de tu autoconfianza de manera saludable y sin atropellar a los demás, del mismo modo tienes que aprender a estar para otros pero sin pasar por encima de tus propias necesidades e intereses. Esto es parte de lo que significa establecer un equilibrio y es fundamental a la hora de ejercer un rol de liderazgo, incluso en tu vida personal.

Un buen líder defiende valores correctos, toma decisiones por el bien común y no para su propio beneficio, prestando atención a los puntos de vista y necesidades de los involucrados. Se muestra seguro de lo que dice y del camino a seguir, porque sabe lo que hace y no improvisa de manera irresponsable. Transmite confianza a los demás porque se muestra de manera genuina y, aunque es amigable y accesible en su trato, sabe poner los límites necesarios para que esa confianza no se convierta en abuso.

Si reconoces en ti la debilidad de carácter en alguna de las áreas de tu vida, hay sugerencias que te pueden ser útiles y te ayudarán a desempeñarte mejor en cualquier rol de liderazgo que tengas que ejercer:

  1. Reúnete en privado con las personas involucradas.
  2. Expresa lo que hasta el momento se ha hecho bien y ha dado resultados positivos.
  3. Manifiéstales tu punto de vista sobre eso que puede representar un problema y que les afecta a todos.
  4. Escucha todos los puntos de vista y toma en cuenta el factor emocional en cada planteamiento que te hagan. Cada uno de ellos está viendo una misma situación desde una perspectiva diferente, de acuerdo a cómo y cuánto le afecta a él o ella.
  5. Haz las observaciones necesarias, de acuerdo a la información obtenida.
  6. Plantea lo que es necesario corregir, haz sugerencias de mejoras y escucha las sugerencias aportadas por tu equipo, grupo familiar o pareja, según sea el caso.
  7. Tomen la decisión entre todos, de modo que el beneficio sea mutuo.

Sí, en la práctica no es tan sencillo, pero bien vale la pena intentarlo. Las relaciones humanas son complejas, pero en la variedad y en las diferencias está la riqueza que nos aportan los otros puntos de vista.

Y tú ¿Crees que puedes aplicar estos consejos y obtener una buena respuesta? Déjame tu comentario y conversemos al respecto, ¡me encantará responderte!

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Para que algo ocurra, hay que estar dispuesto a dar el primer paso.