En el arte de ganarse a las personas, no otorgarle al otro el beneficio de la duda es un error en el que solemos caer, especialmente cuando hemos sido heridos en algún aspecto. No se trata de justificar lo que no tiene justificación, sino de no sacar conclusiones precipitadas y no asumir de entrada lo peor. Esto permite un mayor acercamiento emocional con la gente que, además, te puede traer muchos beneficios en general.
Para pensar bien de las personas es preciso que analices primero de qué manera ves a los demás. Es verdad que no todos vienen con buenas intenciones, pero también es cierto que mantener siempre una barrera entorpece tus relaciones al no permitir el verdadero intercambio emocional que, al final, es lo que te enriquece y te permite evolucionar como individuo hacia vínculos más productivos, profundos y comprometidos.
La habilidad para ver las cosas desde la perspectiva del otro es esencial para poder valorar sus verdaderas intenciones y evitar los juicios a priori que tantas injusticias provocan.
Para fomentar buenas relaciones es necesario juzgar menos y valorar más. Esperar siempre lo peor de la gente genera un desgaste emocional que termina volcándose contra ti, en forma de enfermedades, aislamiento y soledad. Si bien vivimos en un mundo en el que hay que andar con los ojos muy abiertos para no dejarse embaucar, también es cierto que el exceso de precaución y la desconfianza obsesiva no te dejan vivir, disfrutar ni evolucionar.
A continuación te enumero 6 consejos básicos para mejorar tu relación con los demás:
- Pon a las personas en situación de demostrarte quiénes son y de qué son capaces en diversas circunstancias.
- Observa si hay coherencia entre lo que dicen y hacen.
- Antes de juzgar, analiza sus intenciones.
- No te dejes llevar por una primera impresión. Observa, espera y actúa en consecuencia.
- Errar es de humanos. Perdonar es de sabios.
- Recuerda que con la misma vara que midas serás medido.
En tal caso de que hasta ahora tu problema no haya sido la desconfianza sino la credulidad, recuerda que las dos armas con las que cuentas para defenderte de los embaucadores (y debes usarlas) son la intuición y la objetividad. Dos cualidades fundamentales en el ejercicio del liderazgo y autoliderazgo que debes cultivar.
Cuéntame ahora en los comentarios si antes de juzgar evalúas las intenciones de las personas ¿acostumbras ponerte en su situación? ¿das segundas oportunidades? ¿te cuesta creer en los demás? ¿o más bien tiendes a hacerte falsas expectativas por credulidad? ¿te das tiempo para evaluar la coherencia entre lo que la gente dice y hace? ¿sabes evaluar con objetividad? ¿sigues tu intuición?
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